He tenido una encimera de granito negro en mi cocina durante cinco años y al principio, la acumulación de grasa era un problema constante. Una de las claves que descubrí para evitar esta molestia es la limpieza frecuente. No me refiero a una limpieza superficial, sino a una limpieza completa y profunda al menos una vez a la semana. Por ejemplo, dedico unos 20 minutos de mi fin de semana a asegurarme de que no quede rastro de grasa después de cocinar.
Durante los primeros meses, intenté usar productos de limpieza genéricos, pero noté que no todos eran efectivos. Entonces, me informé y descubrí que algunos productos especializados para granito son esenciales. Estos detergentes tienen un pH neutro, lo que es crucial para mantener la integridad del granito sin dañarlo. Además, muchos de estos productos vienen a precios razonables, alrededor de 10 a 15 euros por un litro, lo que me duraba aproximadamente tres meses.
Otro truco que me ayudó fue secar la encimera inmediatamente después de limpiarla. Me había dado cuenta de que, si dejaba que el agua se evaporara por sí sola, a menudo quedaban marcas. Al usar un paño de microfibra, que generalmente cuesta menos de 5 euros por un paquete de tres, logré mantener la superficie impecable y sin marcas de agua.
Además, la elección de los utensilios de cocina también juega un papel importante en la limpieza. Por ejemplo, al usar una tabla de cortar específica para carnes y otra para verduras pude evitar la contaminación cruzada y la acumulación de grasa directamente en la encimera. Esto no solo me ayudó a mantener la superficie libre de grasa, sino que también es una práctica recomendada desde el punto de vista de la seguridad alimentaria.
En una ocasión, vi un documental sobre la historia de las encimeras de granito en el canal Discovery. Allí mencionaron que, además de ser estéticamente agradables, estas encimeras son altamente resistentes a las temperaturas y a los golpes, pues su formación geológica hace que sean muy duraderas. Sin embargo, también enfatizaron la importancia de un mantenimiento adecuado para garantizar una larga vida útil.
Las pequeñas manchas de grasa que tienden a aparecer después de cocinar son casi inevitables. No obstante, al conocer las características fundamentales de una encimera negra granito, he aprendido que es vital abordar estas manchas de inmediato. Utilizar una mezcla casera de una parte de alcohol y tres partes de agua ha sido eficaz. Este sencillo truco, recomendado por varios expertos en foros de cocina, me ha permitido eliminar la grasa sin necesidad de recurrir a productos químicos fuertes.
Optar por utensilios de acero inoxidable en lugar de plástico también ha sido una mejora. El acero inoxidable no solo es más fácil de limpiar, sino que tampoco retiene grasa ni olores, lo que reduce la transferencia de grasa a la encimera. Este pequeño cambio, aunque inicialmente puede significar una inversión, al final es rentable considerando la durabilidad y la facilidad de mantenimiento.
Un aspecto fundamental que no puedo dejar de mencionar es la ventilación adecuada en la cocina. En mi caso, instalar una campana extractora de buena calidad fue crucial. Un modelo con capacidad para filtrar al menos 300 m³/h asegura que el aire cargado de partículas de grasa no se deposite en las superficies de la cocina, incluida la encimera de granito.
Finalmente, me he acostumbrado a usar protectores de papel aluminio debajo de los quemadores de la estufa. Esta medida preventiva, que no cuesta más de unos pocos euros al mes, evita que las salpicaduras de grasa lleguen a la encimera, haciendo mucho más sencillo el proceso de limpieza diaria. La experiencia personal y el consejo de expertos resaltan la importancia del mantenimiento regular y el uso de productos adecuados para preservar la belleza y funcionalidad del granito negro a lo largo del tiempo.